Susan George habla claro, como siempre
Amiga de la claridad y de la transparencia, de hablar sin tapujos y de cantar las cuarenta a los terroristas neoliberales, esta atrayente mujer de 79 años pregona la necesidad de revolverse activamente contra quienes están liquidando la democracia
(Ver Entrevista)
La democracia se puede atacar de muchas formas y la más sencilla y barata es crear un apartheid social. Por ejemplo, y por lo reciente, la gran canallada del asunto de las mamografías, estos días en ebullición en la prensa. ¿A quién afectan las restricciones y recortes de todo tipo? Exclusivamente a los desposeídos, pues una persona con posibles se rasca el bolsillo y se acabó el problema; para el pobre, pues, puede ser detectar o no un cáncer... pero ¿a quién le importa un pobre al que nadie conoce y que ni siquiera ha podido ser un corrupto y mucho menos un corruptor? Es una forma inmediata de entender lo que es un apartheid social. Y nosotros decimos: ante la perspectiva de un apartheid, debe levantarse una revolución que aniquile el actual estado de cosas, que no es sino un crimen contra la humanidad. ¿Exageración? Ojo: en España ya vamos por los 12 millones de pobres.
Por tanto, que nadie se equivoque, el estado de cosas actual, provocado por los jerarcas liberales y la plaga de pancistas que los aúpan, votan y jalean, que han robado siempre cuánto han podido, pero ya sin cortarse un pelo desde la desregulación financiera Reagan/Thatcher, no tiene otra finalidad que arrinconar, someter, aniquilar y matar por la fuerza del hambre, de la represión social, del apartamiento,... a gran parte de la población. Es decir, volver, si nadie lo para, al esplendor de la antigua Roma, plagada de patricios y similares, una minoría muy acomodada y extremadamente corrupta, basado en la explotación, como esclavos, de millones de sometidos desde el Foro de Roma a los confines del Imperio. El sistema romano no tenía más objeto que complacer a los ciudadanos de Roma, que en analogía serían los neoliberales bien engrasados de hoy.
En Europa Occidental, los últimos episodios de esclavitud han sido los del franquismo tras la guerra civil y sobre todo y por encima de todos los millones de esclavos de gran parte de Europa que el nazismo explotó hasta la muerte en sus fábricas de armamento y minas, principalmente. De este exterminio poco se ha hablado, ensombrecido el asunto por la aniquilación de millones de judíos y gitanos en los hornos crematorios de los campos de concentración.
A un fascismo, por tanto, nos lleva este sistema neoliberal plagado de serviles extremos, empezando por los Gobiernos de España y sobre todo y por encima de todos el actual. ¿Cuál ha sido la primera consecuencia política de la crisis griega? Pues la aparición de un partido nazi; así de triste y trágico.
Susan George lo dice claro: la austeridad jamás puede generar crecimiento. Y sin crecimiento, sin modificar los restantes parámetros básicos del sistema, como la duración de la jornada laboral y los impuestos, no se puede salir de la crisis. Los que mantienen la crisis en su estado actual buscan eliminar la democracia, sobre todo en lo que se refiere a los derechos sociales y, por supuesto, a los individuales.
¿Qué medida de las adoptadas por este Gobierno no ha afectado más a los débiles que a los ricos? Y por tanto, a una amplísima base social. ¿El copago, el iva, los impuestos especiales... a quienes perjudican más? La coartada: el IRPF. Bien, partiendo de que el impuesto sobre rendimientos del capital es la principal baza de los ricos, su limitación resulta escandalosa y un verdadero agravio. Por no hablar de la indecencia del Impuesto Sobre el Patrimonio, aunténtico agujero negro de la política fiscal del anterior gobierno.
Al gran capital le chirría el cambio que puede suponer el desplazamiento de la política energética basada en petróleo/gas por energías alternativas. Hace días los grandes empresarios europeos del sector daban un aviso. Bien, démosles un apagón, rebelándonos contra la política del Ministerio de Industria que va a aniquilar la hasta hace poco pujante industria de las energías alternativas. En el fondo son cobardes y sólo saben luchar con sicarios y soldadesca a sueldo del mejor postor. Por eso mismo cayó Roma, donde se pensaba que mantener un ejército de mercenarios permitiría mantener su hegemonía por milenios. ¡Qué bien lo explicó el gran Nicolás Maquiavelo, con seguridad el más grande científico político del Renacimiento y en cabeza entre los de toda la Historia! ¿Se acuerda el lector de los mil años del III Reich? No es una coincidencia sino una herencia de totalitarismo romano, pues no fue otra cosa el Imperio Romano.
España, Europa, el mundo, necesitan una revolución. El sistema actual está agotado y sólo sirve a los poderosos pues para ellos se creó. El cambio debe ser radical. Revolucionario sin más. A la derecha y a buena parte de la izquierda nominal el término le la picores.¡Pues a rascarse!
Pastrana, 30 de octubre de 2013