Martes, 2 de septiembre del 2014
Cataluña, de
mal en peor El Gobierno catalán ha tenido una deriva nada envidiable en los últimos diez años. Al Tripartito que tan mal terminó le sucedió un Gobierno nacionalista que abrió la espita de una gran tormenta de la cual parece que los granizos más dañinos harán blanco en quienes provocaron la tormenta. En medio de todo lo más radical del nacionalismo, ERC, que a la postre parece que tiene la preferencia popular mayoritaria que aun así no pasa de una cuarta parte del voto confesado. De este modo, el Gobierno de CiU ha quedado prisionero del ala más jomeinista del nacionalismo que antepone su programa máximo al interés de Cataluña en un alarde de soberbia absurdo y sin sobre todo sin salida airosa.
Y en medio de tal panorama de desorientación general y de dispersión del voto, para ajustar la política a la realidad, aparece el Ex Todo Lo Respetable Jordi Pujol anunciando sin causa previa aparente que su familia se desenvuelve con absoluta naturalidad en el fraude fiscal desde siempre, más o menos.
Algunos partidos minoritarios han anunciado querella contra el defraudador confeso y su familia, la Familia. Llama la atención y mucho que siendo los fondos del Gobierno catalán los que habrían nutrido los muchos millones que se imputan sin disimulo a la Familia Pujol, el Gobierno catalán y los partidos que lo soportan CDC, Unió y ERC no encabecen la iniciativa de querellarse contra la Familia. Al menos para guardar las apariencias, pero ni eso. Debe tenerse en cuenta que el enriquecimiento de la Familia devendría como resultado del tráfico de influencias que más de 20 años ejercieron sus miembros actuando de muchos modos ciertamente imaginativos a la vez que concordantes en un punto: desangrar al contribuyente catalán que de modo inexplicable daba el voto mayoritario al clan que dirigía Convergencia Democrática (revise el lector la tropa militante en ese partido que ha sido imputada y condenada por causas de cualquier tipo).
En todo esto debe de concluirse que la posición de los partidos nacionalistas es connivente con la corrupción que afecta a Cataluña y una prueba de ello es su renuencia a actuar desde las Instituciones a favor del contribuyente catalán. Esto, justo es decirlo, no es imputable sólo al Gobierno Catalán (véase al efecto lo que está en curso en Valencia -Gürtel, Basuras de Alicante,Castellón- y en Baleares -casos Matas- por no decir la sospechosa trayectoria del PP en el caso Bárcenas/PP).
ICV, Ganemos y Podemos, con apoyo moral y logístico de otros partidos minoritarios, se querellan contra la actividad de más de 50 empresas sospechosas de actuar ilegalmente bajo la batuta de la Familia. Desde luego que el devenir judicial de la Familia no dejará de afectar gravemente a los nacionalistas, lo que de rebote debilitará sus pretensiones y el respaldo que parecen tener hasta esta fecha. La presencia de Jiménez Villarejo en el bando de los querellantes será atacada y vilipendiada desde los ultra pujolistas pero ello no hará más que reforzar la convicción de que Cataluña se dirigió durante 23 años desde un lodazal en el cual se revolcaba hasta y sobre todo el porquero a la vez que desde cualquier atalaya hacía valer su limpieza (recordar la plática con motivo de su muy sospechosa, por política, exculpación de responsabilidad en el caso Banca Catalana).
Los querellantes explicitan que se trata de una corrupción estructural. Es evidente aun sin este caso de por medio. Desde este humilde medio ya hemos dicho y explicado que la corrupción en España es crónica y estructural, afectando a todos los estamentos sociales y a todas las administraciones públicas. Y los políticos de los partidos políticos mirándose el ombligo proponiendo reformas; España no necesita reformas sino una demolición y un buen proyecto.
Pastrana a 2 de septiembre de 2014
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