Ya hemos tocado por separado en el blog los dos puntos que recoge el titular: corrupción y amnistía fiscal. Agregamos ahora al término corrupción que no es otra que la del sujeto impulsor en el caso de la amnistía fiscal en trámite: el Gobierno de España.
Retomando un párrafo de otro post, encuadramos lo que entendemos por corrupción:
"mal uso público del poder para conseguir una ventaja ilegítima, en general secreta y privada" (Wikipedia). No cabe duda alguna de que con esta norma del Gobierno de España cada defraudador fiscal obtiene una ventaja, a todas luces ilegal por anticonstitucional pues degrada el principio de contribuir al sostenimiento común según las posibilidades de cada uno. Y no cabe duda de que esa ventaja la obtiene gracias a la propuesta del Gobierno. Y la primera y gran duda es ¿qué ventaja obtienen el pueblo español, los parados, los que precisan de un eficaz sistema sanitario o se sirven del sistema educativo? La respuesta es simple: de las "soluciones" aplicadas por el Gobierno, todas empeoran o atacan lo preexistente.
Que es un mal uso del poder lo podrá deducir sin esfuerzo el lector, lo mismo que deducirá su carácter ilegítimo pues la propuesta de amnistía no está contenida en ninguna de las normas tributarias. El Gobierno no está para amparar el fraude fiscal sino para evitarlo y perseguirlo. Creemos recordar que los miembros del Gobierno cuando toman pòsesión de sus cargos juran o prometen cumplir y hacer cumplir las leyes. Pues eso. Es, sin más, una manifestación de arbitrariedad cercana a la prevaricación pues ¿qué motivación amparada en la ley da cobertura a promover esta medida excepcional que desguaza los principios constitucionales de un estado social y de derecho?
El proyecto de amnistía es una evidencia de la connivencia proactiva del Gobierno actual y de todos los pretéritos con el fraude fiscal (vaya modo de hacer amigos o de conseguir adhesiones entre nuestros lectores del Parlamento, pero en algo tiene que ir ser independientes). No nos cansamos de reiterar que dado que está recogido por asociaciones de Subinpectores de la Agencia Tributaria y parece que hasta por el Banco de España el desmesurado grado de fraude (una estimación de más del 20% del PIB, sobre 200.000 millones de euros), no se explica que por parte del Gobierno no se pongan los medios, por lo demás baratos pues un gasto no superior a los 1.000 millones de euros bastaría para combatir eficazmente esta lacra social, tan grave que, si no existiera, en España no habría crisis económica ni paro (con los 70.000 millones de euros se podría mantener un crecimiento del empleo de 500.000 personas por año).
Esperamos que el Gobierno, hoy éste y mañana el que sea, nos aclare por qué no actúa como si el fraude fiscal fuera una agresión militar exterior, una lucha terminal contra el terrorismo (el fraude fiscal es exactamente un terrorismo contra el Estado Social) o un ataque directo contra sus familias. Combatir el fraude fiscal es una emergencia nacional extrema. Y si el Gobierno no pone todo el esfuerzo en esa lucha, convendrá el lector en que será connivente por su omisión del deber de actuar. Su obligación primera es que todos paguemos y lo hagamos en la medida de nuestras posibilidades hasta cubrir las necesidades sociales que impone nuestra Constitución. O, alternativamente, nos quitamos esta Constitución de en medio y ponemos otra a medida de los defraudadores, por ejemplo, o a medida del gobierno global plutocrático neoliberal que en definitiva es hacia lo que vamos.
No vamos a entrar, ni es necesario, en el articulado de nuestras leyes. Nos basta con el preámbulo de la Constitución Española, que sintetiza muy bien lo que aquí se dice.
"
La Nación Española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las Leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la Ley como expresión de la voluntad popular.
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y
Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra. " Nos es absolutamente imposible encontrar una brizna de inspiración, ni aún forzando la lógica formal, en el texto transcrito que haga compatible la propuesta de amnistía del Gobierno con nuestra suprema norma. Es decir, en nuestra consideración,
la propuesta del Gobierno es anticonstitucional porque
es antidemocrática (impone el interés de unos defraudadores al de la mayoría),
es insolidaria (hace pagar a unos más que a otros, precisamente los defraudadores y hasta, depende de la cuantía del fraude, delincuentes),
erosiona el Estado de Derecho (de hecho ampara a los que incurren en delito fiscal excluyendo su responsabilidad penal) y
viola el principio de mantener un orden económico y social justo (esto no precisa de comentario ni apoyatura: no creemos que el Gobierno ganara una consulta popular en la que buscara el respaldo a esta propuesta y esto por el punto del preámbulo que hace referencia a asegurar el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular).
Ese fraude masivo amenaza mucho más que otras cosas, como por ejemplo los nacionalismos independentistas o el tráfico de drogas y eso de momento, la integridad del estado español. Una sociedad como la española está en condiciones de arreglar sus problemas económico-sociales si todos contribuyen como deben, pero si no todos lo hacen, el problema está servido, será crónico y se llevará por delante hasta nuestra democracia. Y si no, miren hacia Grecia o Italia donde el fraude fiscal es masivo según nos dicen, y valoren los resultados electorales últimos para los neonazis y asimilados.
Sin dudarlo ni una pizca, así se crea el caldo de cultivo que los radicales antidemocráticos explotan en desacreditar la democracia e introducir los fascismos en el seno de las naciones. No confundir con los radicales democráticos que con tanta saña, incuria e ignorancia son mencionados despreciativamente por determinados y despreciables representantes públicos actuales: por ejemplo, nosotros somos activistas radicales en la defensa de los valores democráticos y repudiamos ese tono de desprecio de l@s mencionad@s. Los antidemócratas aprovechan estas desgraciadas medidas para trasladar a las masas sociales agraviadas por el mismo Gobierno los males que, según su interesada versión de la realidad, no cabe sino achacar a la democracia. Es decir, la medida del gobierno desacredita la democracia, que es precisamente lo que precisan los fascismos para crecer.
Y siendo todo esto así, vamos a los números. ¿
Qué se consigue a cambio de erosionar flagrantemente los cimientos del estado social y de derecho, si es que es posible hacerlo más de lo que se hace con las medidas restrictivas que un día sí y otro también se nos imponen con sadismo? Dicen que la pretensión del Gobierno es recolectar unos 2.500 millones de euros. Aquí hay algo que claramente no cuadra. O bien el fraude fiscal no es tan alto y en ese caso habrá que tirar de las orejas a esos estudiosos, incluidos los del Banco de España (no se sabe si ya les queda algo de esas estructuras parietales con todo lo que está cayendo y a estos efectos basta recordar la intervención de facto que supone que nos impongan funcionarios de la CE a revisar lo que ellos hacen) o el Gobierno no sabe hacer los números ... o es que los defraudadores pasan de la amnistía y lo que quieren es no pagar ni un céntimo y por eso incluso 2500 millones son una quimera. Por nuestra parte, sin salvar las dos primeras opciones nos inclinamos por la tercera. El defraudador de bajo nivel no necesita ni se siente motivado por esta propuesta. Le da igual, salvo que sienta la amenaza emn su cogote. De hecho, esta amnistía antidemocrática sólo beneficia e interesa a los grandes defraudadores, precisamente a aquellos que quizás han tenido la capacidad de influir directamente ante el Gobierno para promover e imponer esta aberración anticonstitucional aprovechando la desgracia de la crisis que ellos han contribuido decisivamente a desarrollar y que con la amnistía cierran el círculo de impunidad. Y en eso volveríamos al tema de la corrupción pero en este caso en las barbas del mismo Gobierno
Enhorabuena a los traficantes de drogas, proxenetas, empresarios sin escrúpulos, intermediarios del crimen, gente que ha recibido dinero negro en transacciones inmobiliarias y demás parentela sociológica. Este es su triunfo y nuestro Gobierno parece ser que les pagara servicios prestados. Enhorabuena y enhorabuena.
Convénzase Sr Rajoy:
es absolutamente necesario para la pervicencia de la democracia y por tanto de España como nación que se consiga la plena contribución fiscal de todos en los términos de nuestra Constitución. Lo que no sea eso será un fracaso nacional. De momento el primer y terrible fracaso es la crisis que nos asola y de la que Vd no parece tener receta ni proyecto para sacarnos de ella.
Y una recomendación:
dé la vuelta a su política, abra el grifo del crédito, obligue a los bancos a sacar los cientos de miles de millones de euros que tienen guardados en el BCE. Y si no puede hoy, abogue por cambiar el estatuto del BCE pero ya mismo, sin esperar a mañana. Pagar un 5% de interés por lo que los bancos obtienen al 1% es un verdadero atraco al Estado. Casi como los intereses de la Deuda Pública. Le vemos estos días implorando misericordia a Rottenmeier Merkel: "mire Seño, yo soy un chico bueno, por favor, no me castigue que ya hice mis deberes". Hágale ver que tiene un proyecto, un proyecto creíble y que está dispuesto al ajuste fiscal, eso sí, en los términos de nuestra Constitución. Y si no tiene proyecto y no está dispuesto a hacer pagar a todos, dimita.
¿La pregunta del titular? En todo lo expuesto dispone el lector que haya llegado a esta línea final de argumentos para responderla.